sábado, 27 de junio de 2009

El hombre que quería Curar el mundo ha muerto

Michael Jackson ha muerto. El hombre que quería curar el mundo nos ha dejado después de que su corazón se parara:

Érase una vez, un hombre que a sus 50 años, había tenido una vida muy intensa. Había hecho cosas que la mayor parte de los mortales no haríamos nunca, aunque tuviésemos una vida 10 veces más larga que la suya.
Su vida pública comenzó en el mundo de la música cuando aun era muy pequeñito, con un gran éxito, que le llevó a tener una infancia distinta a la del resto de los niños. Quizá eso le hizo ser como era: un extraño, un raro... y como ocurre con las personas diferentes, al principio se le admiró por ser así, brillante, magnífico, único. Cuando esa diferencia se fue haciendo mayor, y el brillo traspasó almas, corazones y mentes, y empezó a agitarlos muy fuerte, el ser diferente dejó de gustar. Ese movimiento podía hacer cambiar las cosas, y el mundo que no quería cambiar, fue contra él. Era peligroso. Se convirtió en un ente muy raro, y fue apartado del mundo real que otros habían creado. Su propuesta, era un mundo mejor, pero mucho más difícil de conseguir, y las personas no querían luchar por él.

Dejó entonces, de pertenecerles. Él se refugió en sí mismo, intentando averiguar que había ocurrido. No lo conseguía. Siguió componiendo, pero la música que hacía, no llegaba a las personas, por que se había interpuesto una barrera. Tan solo llegaban pequeñísimos susurros y ecos distorsionados. La antigua magia que antes traspasaba todo, ahora había casi desaparecido y no conseguía destruir esa barrera. Como si en su época buena ya supiese su devenir, Michael se había quedado fuera del muro. Intentó destruilo con todas sus fuerza, y se le ocurrió intentar volver a ser el que antes era, para de ese modo conectar con las personas otra vez.

Había que empezar a preparar esa difícil tarea. Si quería que se le escuchase, su llamada tendría que ser muy fuerte, y debería dar lo mejor de sí, una vez más.
Durante la preparación, aunque su alma era muy grande, su cuerpo se había hecho frágil de tantas agresiones que había recibido. Ya era demasiado tarde... su corazón ya se había roto para siempre.
Cuando se pensaba que todo había terminado, su alma se escapó a través de su corazón destrozado y ahora, podía traspasar barreras y muros. Muchos notaban otra vez su presencia…
¿serán capaces las personas de escuchar ahora, y hacer que el mundo sea un poco mejor?


Madrid 26 de Junio de 2009

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