lunes, 15 de marzo de 2010

Trocitos de vida

Hace tiempo que no escribo, por que no había necesitado contar nada imprescindible.
Hoy siento que tengo que hacerlo.

A lo largo de nuestras vidas, conocemos a muchas personas, que nos acompañan durante cierto tiempo y luego dejan de hacerlo. Casi siempre nos acostumbramos a ello, y no nos damos cuenta del hecho, dándolo como algo normal dentro de nuestra condición humana. Hasta que por alguna razón, llega un día en el que dejamos de estar con esas personas, y en ese momento sentimos una tristeza que casi nada puede llenar.

Hoy me ha pasado con una compañera de trabajo, que lleva casi tres años de mi vida acompañándome a mi, y al resto de las personas con las que trabajaba.
Esa persona, ha decidido dejarnos, volviendo a su país de origen, Grecia. Y aunque me alegro mucho por ella, pues se le presenta un horizonte lleno de nuevas vivencias, experiencias, ... lleno de nuevos trocitos de vida, no puedo dejar de sentirme triste, por que es muy probable, como sucede en estas ocasiones, que no nos volvamos a ver.

Después de tantas horas compartiendo el trabajo, los desayunos, los cumpleaños de todos, las comidas, los consejos, los cotilleos, todas esas cosas... se deja de ser un compañero de trabajo, y se pasa a ser un amigo.
La pérdida de un amigo, hace que me ponga muy triste. Para consolarme, me digo, - estará en otro lugar, haciendo lo que quiere-, pero al mismo tiempo, siento que voy a perder ese trocito de esa vida que compartía con ella.

Supongo que es lo normal. La vida es eso, perdemos un trocito de vida, para llenarla con otros trocitos de vida.